La atención a las personas mayores, en una sociedad en la que existe un alto porcentaje de mayores y gran longevidad, constituye uno de los principales retos de las políticas sociales.

 En Aragón,  la apuesta del Gobierno Autonómico por impulsar la atención este colectivo se ha plasmado en la creación de la Dirección General de Mayores ( en adelante DGM), cuyas competencias van más allá de las  medidas puramente asistenciales, -que van a persistir y mejorar-, correspondiéndole implementar programas y políticas innovadoras dirigidas a la universalidad de los mayores, con independencia de que sean, o no,  usuarias de servicios sociales especializados (Centros residenciales, Hogares, etc.), constituyéndose como un marco propio de respaldo y atención institucional a las personas mayores en nuestra Comunidad Autónoma.

 Desde la DGM consideramos que para diseñar políticas útiles y hacer propuestas normativas que respondan a las necesidades y expectativas de los mayores en Aragón, debemos previamente identificarlas y conocerlas. Por ello, queremos partir de un diagnóstico de situación actualizado, cuya elaboración sea consensuada, fruto de un proceso de reflexión con la máxima participación de los actores sociales implicados.

 Los cambios sociales y familiares han modificado la tradicional estructura del entorno de cuidados de las personas mayores, y se detectan nuevas situaciones que exigen soluciones urgentes y transversales:  entre ellas, el fenómeno creciente de la soledad no deseada, la brecha digital de los mayores y su necesidad de acceder a las nuevas herramientas, la  importancia de reforzar su seguridad y de prevenir, detectar y erradicar el maltrato y los abusos a personas  mayores en cualquiera de sus formas.

 De otro lado, el perfil de lo que se entiende por persona mayor, ha cambiado de forma significativa en los últimos tiempos. Lejos de los antiguos estereotipos de la vejez, que se asociaba a inactividad y aislamiento, la nueva generación de mayores quiere seguir activa, implicada y ser protagonista de su tiempo durante todo su ciclo vital. Quieren ser respetados, continuar disfrutando de los recursos socioculturales y de ocio, participar en actividades diversas que mantengan activo su cuerpo y su mente, retrasar el proceso de envejecimiento y la dependencia, y recibir cuidados para evitar, o posponer la necesidad de abandonar el domicilio. Y, si llega este momento, necesitan alternativas de atención y cuidado centradas en la persona.